lunes, 3 de octubre de 2011

La aceptación...

Esta es una fase que cuanto menos dure, mejor.

Ahora, tengo 48 años y medio. Soy padre de dos estupendísimos maravillosos niños. Marido de una mujer fantástica guapísima buenaJ, tengo unos hermanos requetequeridos y solidarios, una mamá -tierna -dura -estupenda, Tita y prima (Inma`s), sobrinos, hermanos políticos… Y además tengo muy buenos íntimos amigos y amigos, que cada día me demuestran que están a mi lado, y por mí.
Aceptar que vas a perder todo esto de la noche a la mañana no es tarea fácil para nadie, dudas del diagnostico y piensas que quizás haya algún otro lugar donde te puedan dar ciertas esperanzas y en mi caso con las pruebas realizadas en el hospital en mano (tanto imágenes radiológicas, como la historia clínica previa petición formal en la "Oficina de gestión del usuario del hospital") consulté con un especialista en cirugía hepática de primer orden, y otro oncólogo, que en ambos casos corroboraron tanto la irresecabilidad de los tumores (no era posible la intervención quirúrgica) como el tratamiento de quimioterapia que me prescribieron. La opinión de los médicos era unánime y el cirujano me advirtió que "si uno da muchas vueltas corre el peligro de marearse". Cierto, las opciones eran pocas:
a) Quimioterapia. Siempre he pensado que son como las bombas nucleares y no se pueden utilizar solo para objetivos militares (células cancerígenas) sin que haya enormes pérdidas entre la población civil (células funcionales de todo el organismo). Perdonad el símil, pero es la mejor manera que se me ocurre para explicarlo. Esta es la idea que la mayoría tenemos de la quimio, y por desgracia es todo lo que se nos puede ofrecer a través de la medicina "oficial - convencional". El renunciar a la terapia mas extendida por el mundo por poco que te guste, te hace reflexionar qué pensaran de ti en el futuro tus hijos y tus personas queridas por no "haber hecho lo correcto" para haber estado con ellos el máximo tiempo posible.
b) Renunciar a la quimioterapia y/o radioterapia y buscar medicinas alternativas que te puedan ayudar Homeopatía, Herboristería, Acupuntura, Dietas alcalinizantes y saludables… Hay mucha información en Internet sobre las terapias oficiales y las no oficiales y no resulta fácil separar lo que pudiera funcionar y lo que no.
c) Otra opción, sería combinar ambas para compensar las mermas que te produce una, con las otras. Quizás esta última estrategia era la más acertada.
Muchas tardes de "terapia en grupo", fundamentalmente con amigos me ayudaron a relativizar mi enfermedad. Si te dicen que tienes pulmonía, meningitis, VIH, accidentes domésticos o de tráfico, cardiovasculares y otras tantísimas enfermedades que te pueden llevar a la muerte la gente no siente tanto temor al referirse a ellas como decir que tienes cáncer. Afortunadamente en muchos casos y cada vez más, esta enfermedad se convierte en una enfermedad crónica que te puede dejar algunas secuelas de mayor o menor gravedad pero te permite vivir con buena calidad de vida. El cáncer ya no es sinónimo de muerte.
Si estas satisfecho con la vida que has llevado, te has divertido, reído, viajado y te has rodeado de un entorno querido y de una familia magnífica, aceptas mas fácilmente que tu ciclo vital pudiera haber terminado aunque decides que no por ello vas a tirar la toalla y tomas energía para luchar contra la estadística. Si podemos cambiar la naturaleza en lo negativo… ¿Por qué no en lo positivo?
Finalmente solo pensaba en ellos, para mi al fin y al cabo sería algo temporal, pero a los que quedan, la perdida de un ser querido es un dolor que les puede acompañar durante gran parte de su vida. Son ellos los que más te motivan a plantarle cara con energía a esta enfermedad.